El 20 de noviembre de 2011, mujeres migrantes de veintitrés organizaciones mostramos nuestra solidaridad con el movimiento Ocupa Wall Street (OWS) y OWS Latinoamérica (OWSLA), en una demostración pacífica en el Parque de La Libertad.

Días antes, el campamento que diera vida como cuna y trinchera de OWS en Estados Unidos, había sido desalojado y destruído por la policía. La amenaza de represión policíaca no nos importó.  Nosotras, mujeres de diferentes condados de Nueva York nos solidarizarnos con OWS porque su causa es justa, y queremos unirnos a esta lucha por la dignidad, la igualdad y la justicia.

Esta batalla en contra de un sistema de privilegios que profundiza las desigualdades sociales es también nuestra lucha, la de l@s migrantes. Creemos que la memoria de aquella primavera del 2006 —cuando millones de migrantes indocumentados reclamaron su derecho a vivir como seres humanos dignos y no como criminales, puede encontrar eco y renovarse en la causa de aquellos que en Nueva York y  cientos de ciudades estadunidenses se reconocen como el 99%  arrastrado al precipicio de la incertidumbre económica y el desempleo.

“Las mujeres unidas ocupamos Wall Street” y queremos que nuestra consigna se una a las miles de voces de rabia, esperanza y dignidad que “ocupan”  no sólo este parque, sino el mundo entero. Queremos que nuestra voz contribuya  a romper el cerco de violencia policíaca y mediática contra el movimiento; el mismo cerco utilizado por décadas para alimentar las leyes anti-migrantes contra las que seguiremos alzado nuestra voz.

“Soy mujer”. Esa es la fuerza de la dignidad que nos une para demandar salud, educación, y empleo dignos. Con ella rechazamos la violencia doméstica y todas las formas de violencia contra nosotras. Las mujeres que ocupamos el Parque de la Libertad somos iguales porque somos diferentes. Somos iguales porque reclamamos nuestros derechos en el hogar, el trabajo y la comunidad. Somos diferentes porque en nuestras diferencias: mexicanas, afroamericanas, hondureñas, estadunidenses, filipinas, socialistas, indígenas, feministas, migrantes, trabajadoras, madres, líderes comuntarias, estudiantes, amas de casa, lesbianas, mujeres tejedoras, profesoras; radica la fuerza de nuestra colectividad y nuestra memoria, que es la de nuestros pueblos y nuestras luchas.

“Las mujeres unidas, jamás serán vencidas”. Es nuestro mensaje con la esperanza de ocupar el futuro, y luchar por una vida digna para todos los seres humanos.

             Ciudad de Nueva York, Otoño del 2011.