La Universidad Libre, Madison Square Park, 1º de mayo de 2012. Foto: Martín Cobián

Al tiempo que ocurrían ocupaciones relámpago, piquetes en contra de la usureria financiera de bancos y la cicatería de patronos en múltiples establecimientos en el centro de Manhattan, un cuantioso número de estudiantes, profesores, y activistas de todas partes de la ciudad inauguraban la primera edición de la Free University, o Universidad Libre, en Madison Square Park.  Este evento fue organizado por varios grupos de activismo universitario (Occupy University, New York Student Risings y Occupy CUNY, entre otros) que, en solidaridad con la huelga general del 1º de mayo, propusieron crear un espacio de encuentro, diálogo y reflexión que no tuviera lugar en las universidades ni escuelas de la ciudad.

La Universidad Libre se pensó como un espacio libre de limitantes económicos o académicos y libre de la agenda neoliberal que busca convertir la educación en mercancía, las universidades en centros comerciales y los estudiantes, con sus miles de dólares en deudas, en esclavos del complejo financiero-educativo. Por último, la Universidad Libre se realizó en honor al espíritu originario del sistema CUNY, el cual, con su matrícula abierta y gratuita, fue instrumental en la democratización de la educación universitaria para los sectores populares y las minorías raciales y étnicas de la ciudad.

Así desde las 10 a.m. hasta cerca de las 2 p.m., estudiantes y profesores ofrecieron sobre 70 talleres educativos, muchos de ellos simultáneamente. El programa de talleres incluía títulos como Destrezas para Vencer el Conservadurismo y Defender el Movimiento Occupy, Revueltas Árabes,  Filosofía Política Clásica, Agricultura Urbana, Álgebra Ocupada, OccuPrint, Poder Popular y Política, Historia Radical de CUNY, y Solidaridad con Haití, entre otros. Participaron estudiantes de escuela secundaria, empleados que tomaban su receso de almuerzo, pensadores destacados, organizaciones comunitarias, y activistas de todas las razas y edades.

Sentados en el piso o el césped, rodeados por estatuas, fuentes y árboles, cientos se congregaron en pequeños grupos de discusión en los que compartían conocimientos y hacían fluir su pensamiento crítico, curiosidades intelectuales y propuesta de cambios social. De esta manera se demostró que se puede hacer una universidad colectiva y en cualquier lugar, sin depender de las instituciones del Estado ni de la racionalidad siniestra del mercado. Coherente con esta visión, la Universidad Libre no cerró sesión ni terminó con una ceremonia de clausura; sencillamente se incorporó a los cientos de hermanos y hermanas que, pasando por el Madison Park y de camino desde Bryant Park, se dirgían rumbo a la gran celebración del Día de los Trabajadores en Union Square. Después de todo, si hemos de crear un mundo mejor, la universidad debe ser de tod@s y para tod@s, y, sobre todo, debe estar al servicio del 99%.

Video con más información sobre la Universidad Libre (en inglés):