Imagen de Helena Nares y Edgar "Akz" Peralta

En un contexto electoral surge en México el movimiento #yosoy132. El fenómeno inició hace casi un mes y su detonador se produjo luego de la visita del candidato Enrique Peña Nieto a la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, donde fue recibido con muestras de desaprobación por su gestión como Gobernador en el Estado de México. Los estudiantes lo cuestionaron principalmente sobre los crímenes de Atenco, sobre el alto índice de feminicidios y el rezago educativo y económico de dicho Estado. Lo terminaron despidiendo con abucheos, con gritos de “¡fuera!” y “¡asesino!” y tuvo que salir prácticamente corriendo del lugar.

Pero eso fue solo el principio, el movimiento no surgió como tal hasta que un grupo de 131 estudiantes subió un video a internet como respuesta a las declaraciones del líder nacional del PRI y a la información de algunos medios que tacharon a los que mostraron su rechazo a Peña Nieto como “porros” y “acarreados”. En dicho video los jóvenes muestran sus credenciales de estudiante y afirman que actuaron por propia voluntad. A partir de ahí, las redes sociales se llenaron de muestras de apoyo a los estudiantes con el lema #yosoy132 en twitter y comenzaron a circular convocatorias a marchas en diferentes puntos del país para expresar el repudio a la manipulación de los medios de información y a Peña Nieto.

Brevemente, esa es la historia que todos sabemos del surgimiento del movimiento. Sin embargo, cabe destacar que el problema de los medios de comunicación manipulados en México no es nuevo, así como tampoco es nuevo lo que representa el PRI. ¿Qué pasó entonces, qué hizo que ésto ocurriera en este momento y no en otro? Me parece que el movimiento surge por la combinación de diferentes factores. Por un lado, tenemos el contexto electoral, al estar en campaña los candidatos repiten y vuelven a hacer vigente el discurso que pretende reivindicar sus errores y atropellos con promesas de cambio. Tenemos un gobierno que termina su sexenio dejando como resultado màs de 52 millones de pobres (según datos del CONEVAL) y más de 60 mil muertos como resultado de la guerra contra el narcotráfico. Tenemos unas campañas extremadamente mediatizadas y cooptadas por los medios de comunicaciòn (en especial la televisión) que manipulan -como siempre- la informaciòn en pro de sus intereses. Y por último, tenemos el auge del internet y las redes sociales que son medios alternativos que facilitan desmentir lo que la televisión y algunos otros medios ofrecen (o imponen) como verdad y que a la vez favorecen la emergencia rápida y masiva de convocatoria. Todos estos hechos y quizás algunos otros, crearon el caldo de cultivo para lo que después iba a resultar en el movimiento estudiantil #yosoy132.

Foto de Nayeli Benhumea

Personalmente, he seguido de cerca las vicisitudes de éste movimiento, asistí a la marchaconvocada el 23 de Mayo y he seguido las asambleas y comunicados que han generado desde entonces. Todo comenzó como un grito espontáneo de inconformidad, donde el hartazgo y las ganas de dar una respuesta al ninguneo eran lo más generalizado. Así, con poca o ninguna organización miles de personas acudieron a la primera marcha, en su mayorìa jóvenes estudiantes de universidades tanto públicas como privadas, quienes tomaron las calles con carteles y consignas contra el duopolio televisivo y Peña Nieto. La emergencia de los movimientos sociales suele tener ese carácter improvisado y visceral #yosoy132 no fue la excepción. Inyectó vitalidad y promovió la unión entre universidades, como dice Juan Villoro, “México era el país de lo Ya Sucedido cuando el movimiento Yo soy 132 mostró que las sorpresas son posibles”.

El momento de la organización vino después, se han realizado asambleas universitarias con representantes de la UNAM, la UAM, el Poli, la Ibero, el Tec de Monterrey, la Anáhuac, entre otros para definir la postura y el rumbo del movimiento que hasta ahora se ha proclamado apartidista pero se ha manifestado a favor del voto informado. #yosoy132 condena los abusos de poder: el retorno del PRI, la telecracia, el sexenio de sangre de Calderón y la carencia de alternativas ciudadanas. Es un hecho que éste movimiento ha sacudido al país y ha propiciado la unión de los estudiantes que ven en él una vía para participar activamente en la escena política. Sin embargo, el movimiento ya no es exclusivo de los estudiantes , el nombre “yo soy 132” lleva implícita una auto afirmación que ha sido bien recibida por otros sectores. Este movimiento se ha convertido en una plataforma donde diferentes causas se han podido reecontrar con la fuerza y el empuje que necesitan.

Ojalá que en #yosoy132 quepan todas ellas: las de los estudiantes, las de los desaparecidos, las de los trabajadores, las de los indígenas, las de los inmigrantes. El deseo es que en #yosoy132 quepa el uno, el dos, el tres, el pueblo en lucha.